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Mostrando las entradas de 2012

Aliento

Me alegra tenerte cerca, aunque escasos los momentos que has estado, me aferró a ellos queriendo no perderlos, queriendo no olvidarlos. Añoro tu visita y no se comportarme, una sensación que me deja pasmado, me vuelvo egoísta y callo para que no noten tu presencia. Te has vuelto un recuerdo borroso que vaga por mi mente y se pierde. Llegas a hurtadillas cuando menos te espero casi sin notarlo me das un beso y un abrazo. Y tomó aliento... Y  me doy un descanso... Y cierro mis ojos... Y me liberó... Así como llegas, sin notarlo, te marchas en silencio. Jag

De lo normal y otros males

Se ha vuelto costumbre llenarme de melancolía, las cosas ahora se han vuelto normales, en virtud de mis desatinos, de los constantes tropiezos, me es difícil distinguir lo justo de lo erróneo... Y divago en ello buscando paz. Y es que he dedicado mucho de mi esfuerzo en otras personas y otras cosas, me he dejado un poco al lado. Me he acostumbrado a esperar lo suficiente de la vida, sin exigirle ni exigirme; y aunque muchos me asumen exigente no veo en mí rasgos que lo aprueben. Normal se ha vuelto invertir mi atención en otros quehaceres desgastándome, para llegar, en un círculo vicioso, de nuevo a esas tediosas jornadas de autocompasión, donde evalúo una vida sin compromisos, esperando rescatar un ápice de cordura para subsistir otra temporada conmigo. Aprendí a guardarme mis cosas para no cansar a los demás con las mismas notas, aprendí a llorar en silencio, a asentir con la cabeza, encontré nuevos términos para disuadir la atención puesta en mi y concentrarla en otro...

MI ORILLA INTRANQUILA.

Bogas por el río que baña nuestras costas, que nutre nuestro valle. Bogas por la vera de aguas plácidas y transparentes; y miras a lo lejos mi orilla intranquila; que no quieres pasar por temor a naufragar, no te importa hallar tierra firme. Rondas mis linderos con esperanza ciega, con el beneplácito que otorga ver tanta riqueza; tierra virgen que ha sobrevivido a muchos inviernos. Acaricias la mansedumbre de tus aguas ansiosas de ungirse en mi turbiedad, pero vez como irrumpe con soberbia en la aridez de mi costa y temes por lo frágil de tu barca. Rondas mis linderos llenos de vida, contemplando enamorada la distancia que nos une y separa. Ahora entiendo tu distancia, tu temor a naufragar; igual mi barca encallada está en la arena, donde desde hecha nunca se dio a la mar, segura de ser destruida… Es mi tumba esta orilla intranquila… no me deja ir… ¡a ti!   Jag

PLACEBO

Ha pasado el tiempo y mis pesares se han amainado,… un poco, como agua que alguna vez fue turbia; aún me pesa la nostalgia, pero aprendí a vivir con ella. Ha pasado el tiempo y me acostumbre a tu ausencia,… en el alma, a vivir con melancolía, aprendí a verte de nuevo como a una amiga más. Ahora me llamas, me cuentas de tus penas, de lo difícil que ha sido todo, y escucho tu voz entrecortada… ahora te arrepientes de lo sucedido y sabes que no hay marcha atrás, pero como siempre sabes que soy un buen amigo. Ahora me hablas para mitigar tu pena…y me dejas de nuevo con un imposible abrazo y te dejo de nuevo con un buen consejo. Y creí que todo había pasado, que ya no me importabas, creí que eras un recuerdo de esos que finjo olvidar; me has vuelto a recordar que heridas del corazón sanan en falso. Jag

Recuerdos

Perdí algo o a alguien, se que existe la perdida, porque estos días han sido un poco más fríos. Perdí algo que en mi causaba ensueño y me maravillaba; o alguien que con su compañía me elevaba entre nubes blancas llenas de alegría. Sin saber cuál es la perdida, me di a la tarea de buscar en los recuerdo, aun sin saber qué y dónde buscar. Descubrí que mis recuerdos son como heridas que sanaron en falso, que mis recuerdos son sombríos, que las alegrías que llevo dentro pueden ser pocas pero son mi sustento. Descubrí que mis recuerdos hablan de esperanza y tus notas de despedida. Perdí algo o a alguien...mi corazón y a ti. No sé cuando los perdí porque hace frío. Se nota la ausencia, se nota el vacío.

Fábula

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Jag Invéntate una fábula donde me cuentes con frases diáfanas nuestra historia, de tal manera que yo la entienda y al final me deje una moraleja. Cuéntame la historia sin pensar en engañarme, solo necesito oírla para poder dormir. Invéntala con frases de cariño y cortesía. No importa que mientas, antes ya lo has hecho. Nárrala suavemente, cuestión que te tomes toda mi vida para concluirla, susúrrala a mi oído y cuando este dormido abrígame; dame un beso y apártate. Engáñame con un cuento de amor y aventura, de amantes que con ternura y confianza navegaron por la vida; engáñame con palabras precisas para no sembrar dudas, pero quédate y engáñame.

A mis hijas

Cuando vas a ser padre, crees que todo se limita a: consentir pataletas de media noche, calentar uno que otro tetero, un tedioso cambio de pañales o el placentero dormir en el sofá, con tu rostro reposando en mi pecho y el sonajero en mi mejilla, mientras llega a término otra final de fútbol. Pero la labor comenzó meses antes, cuando consentía el vientre de tu madre, que cada día crecía y en tu afán de acomodarte causaste a ella un sinnúmero de malestares. Fueron esos tiempos únicos y los recuerdo con alegría y nostalgia; antes de tu llegada me hacía a la idea de patines y ropita azul, todos los juguetes fueron: “balón y carritos”, ni hablar de la búsqueda de nombres, no hubo texto, directorio, recomendado, web search , etc. que no consultara… eso si ¡nombre de niño! Cuando la espera llego a su fin y el tiempo se hizo eterno no hubo en mi cabeza nada diferente a la angustia de tu llegada. La interminable espera que trae consigo mil oraciones, dudas y zozobra. N...