De lo normal y otros males


Se ha vuelto costumbre llenarme de melancolía, las cosas ahora se han vuelto normales, en virtud de mis desatinos, de los constantes tropiezos, me es difícil distinguir lo justo de lo erróneo... Y divago en ello buscando paz.

Y es que he dedicado mucho de mi esfuerzo en otras personas y otras cosas, me he dejado un poco al lado. Me he acostumbrado a esperar lo suficiente de la vida, sin exigirle ni exigirme; y aunque muchos me asumen exigente no veo en mí rasgos que lo aprueben.

Normal se ha vuelto invertir mi atención en otros quehaceres desgastándome, para llegar, en un círculo vicioso, de nuevo a esas tediosas jornadas de autocompasión, donde evalúo una vida sin compromisos, esperando rescatar un ápice de cordura para subsistir otra temporada conmigo.

Aprendí a guardarme mis cosas para no cansar a los demás con las mismas notas, aprendí a llorar en silencio, a asentir con la cabeza, encontré nuevos términos para disuadir la atención puesta en mi y concentrarla en otros.

Se ha vuelto normal juzgarme sin compasión, justificar mis acciones en procura de aceptación, buscando pertenecer a algo o alguien.

Se ha vuelto costumbre vivir con mis falsos temores.


Jag

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