Oscuridad y Muerte
Descubrí un rincón oscuro donde las penas se cobijan a la luz del dolor, dormí en el frío donde la muerte me acarició la espalda y me cobijó con su despojo. Sentí el dolor de todo el mundo en uno solo, me revolqué entre la miseria y el abandono; descubrí ojos vacilantes donde el brillo de una pequeña luz era majestuoso.
El olor a podredumbre despertaba el asco y el chillido de las ratas la angustia, viví en un lugar donde dormir un segundo era sentir en carne viva una pesadilla eterna. Aquellas cuatro paredes fueron mi casa, aquel lugar un moridero interminable, pero un día vi la luz, desperté, de nuevo la esperanza me tomó de la mano y corrí…
Fue tan fuerte mi huida, que el frío helado de la muerte me rasguño la espalda y nunca miré atrás, pues las serpientes de la miseria me seguían, sonriendo penas.
Lo más importante no fue volver a vivir, lo único realmente importante fue recuperar mi libertad que, aunque apuñaleada, corrió conmigo, siempre a mi lado.
Jag
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