Tus palabras...
Me duelen tus palabras que agreden mi alma, más allá del dolor, más allá de la pena. Espinas de veneno que se incrustan en mi corazón y lo envenenan lentamente, palabras que corrompen. Verdades crueles que conozco y otras que oculto, inciertas, degradantes, frases inmisericordes y agrandadas que buscan mis temores y me envilecen contra el mí y el mundo. Esas tus palabras que lanzas como puñal certero buscando tu liberación causando mi herida, palabras que en su arremetida destrozan mi alma y me destierran a oscuros pasajes, esas tus palabras que se graban en mi mente y poco a poco endurecen las fibras de mi ya roto corazón. Creíste que enfrentarme a la rudeza y verdad del mundo me harían más fuerte y aunque tienes razón, no contamos con la fragilidad del alma, que se agrieta en lo más hondo y prevalece externa con sutiles cambios, hasta que una mañana no duele nada y tu alma es una extraña. Jag