Ámame


Ámame, con la furia que te entregas.
Moja mi cuerpo con el sudor de tu piel que no se reprime.
Aférrate a mi alma como tus manos... asidas a mi espalda.

Deja de respirar por un eterno segundo y cuando sientas morir abre lentamente tus ojos y encuéntrame, frente a ti, amándote... dando entre sabanas más amor del que nunca juntos hemos recibido.



Jag

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Plegaria de agradecimiento.

Una oportunidad