Duelo
Aún sigo siendo visitante discreto de tus calles, resguardado en las esquinas al abrigo de la noche susurrando tu nombre. Ya el sol abandonó su cenit y mi sombra se hizo extensa hasta confundirse con la noche, y no volvieron con esta las estrellas y la luna; y se hizo con lo más profundo de la oscuridad. Mis ojos fijos en la distancia, con esfuerzo buscan tu silueta, el último resplandor que habita en mi pupila y titila en el ápice humedecido por la última lágrima que se negó a rodar. Aún mis manos entrelazadas se aferran al vacío que dejo tu partida. El último halo de vida acompaña mi alma en esta solitaria senda. Antes compañero incansable de nuestra lucha y hoy protector de tu camino. Luz vigía que existe porque existes y espera tu regreso. Jag